La chispa que lo empieza todo

Toda coreografía nace de una idea, una emoción o incluso de una simple melodía.
En Lokobaile, cuando preparamos una nueva pieza de danza moderna, salsa o baile urbano, siempre partimos de una pregunta:
¿qué queremos expresar con este movimiento?

La creatividad en el baile no se trata solo de inventar pasos nuevos, sino de darle sentido al movimiento. A veces la inspiración viene de la música, otras del grupo, y muchas veces… de lo que sentimos en el momento.

La música, el punto de partida

Elegir la canción adecuada es el primer gran paso para entender cómo nace una coreografía desde cero.
La música marca el ritmo, el tono y la historia que se va a contar.
Por eso, en nuestras clases de bachata, predanza o danza clásica, dedicamos tiempo a escuchar, a sentir los compases y a conectar con lo que la melodía transmite.

Una buena coreografía no se impone a la música: nace de ella.

Crear movimientos, más allá de los pasos

Después llega el proceso creativo: probar, fallar, volver a intentar.
En Lokobaile, animamos a los alumnos a explorar su propio estilo, mezclando técnica y espontaneidad.
En una clase de danza urbana, por ejemplo, puede surgir una secuencia improvisada que más tarde se convierte en parte central de una coreografía.

La clave está en encontrar movimientos que cuenten una historia. Cada gesto, cada mirada o pausa tiene un propósito.

La magia del trabajo en grupo

Aunque cada bailarín tiene su personalidad, una coreografía cobra vida cuando todos se mueven con un mismo propósito.
Durante las clases, los alumnos aprenden a coordinarse, a ceder espacio, a mirar al otro.
Esa conexión hace que el resultado final no sea solo un conjunto de pasos, sino una experiencia compartida.

En Lokobaile, creemos que bailar en grupo es también una lección de empatía y comunicación.

Ensayar, pulir, sentir

Una vez creada la base, llega el momento de perfeccionar: ensayar los movimientos, ajustar ritmos, definir entradas y salidas.
Pero sobre todo, darle emoción.
Porque una coreografía puede ser técnicamente impecable, pero si no transmite, se queda vacía.

Por eso, en cada clase —ya sea de baile latino, danza moderna o salsa— recordamos que bailar es sentir primero y contar después.

Cuando la creatividad se convierte en arte

El proceso de cómo nace una coreografía desde cero termina cuando los bailarines logran que su cuerpo hable por ellos.
Y ese momento mágico es el que más disfrutamos en Lokobaile: cuando los pasos se transforman en emoción, y la música se convierte en historia.

 

como hacer una coreografia desde cero